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13 de octubre de 2010

horizontes culturales y la actualidad en mexico

Horizontes culturales de Mesoamérica
La historia de Mesoamérica se divide en horizontes culturales o periodos. El nombre puede cambiar de acuerdo con los autores consultados, pero en general se acepta la división en tres grandes etapas, apuntadas someramente en los siguientes apartados del artículo. Se aclara que las fechas de conclusión de cada uno de los periodos también dependen del desarrollo histórico de cada cultura o área cultural.

·         Período Preclásico (aprox. 2500 a. C. - 200 dC)

El comienzo del Período Preclásico es definido casi siempre a partir de los indicios más antiguos de la fabricación de cerámica. Los más antiguos de ellos fueron encontrados en Guerrero, cerca de la localidad de Puerto Marqués, y se calcula que datan del año 2440 a. C.
Los primeros 1.300 años de este período son definidos como Preclásico Temprano. Se trata de una dilatada época en la que se van desarrollando lentamente los rasgos característicos de Mesoamérica. En este tiempo, los procesos de sedentarización y la práctica de la agricultura se hallan plenamente consolidados. No obstante, los mesoamericanos del Preclásico Temprano debían complementar sus actividades económicas con pesca, recolección y caza. La gente vivía en pequeñas aldeas de casas de barro, con una población reducida. Hacia el final de este horizonte algunas de ellas crecieron en población y llegarían a ser dominantes, como El Opeño en Occidente; Tlatilco, Coapexco y Chalcatzingo en el Centro; y San José Mogote en Oaxaca.
Monumento 1 de La Venta. Cultura olmeca.
El desarrollo de estas aldeas es considerado como el marcador del inicio del Preclásico Medio (1200-400 a. C.). La vida aldeana se volvió más compleja, y se establecieron redes de intercambio interregional entre las poblaciones dominantes. En virtud de esas redes, algunas de las grandes aldeas extendieron su influencia en regiones muy amplias de Mesoamérica.
Durante este periodo tiene lugar el desarrollo de la cultura olmeca, que resume todos los desarrollos culturales de los mesoamericanos de aquel tiempo. De esta cultura son los primeros indicios de escritura y del uso de calendario. Debieron tener una estructura social muy compleja que les permitió desarrollar su escultura y arquitectura monumentales. Los principales sitios de esta cultura son La Venta, Tres Zapotes y San Lorenzo, ubicados en la llanura costera del Golfo de México. También se ha encontrado evidencia de ellos en Teopantecuanitlán (Guerrero), y en Chalcatzingo (Morelos), y se presume que sus relaciones con las áreas oaxaqueña y Maya contribuyó con el desarrollo cultural de esas regiones.
Pirámide de La Venta, Tabasco. La más antigua de Mesoamérica.
La declinación de la cultura olmeca dio origen al periodo Preclásico Tardío (400 a. C.-150 d. C.). Se trata de una época de diversificación cultural y asimilación de los elementos olmecas en los sistemas culturales de cada pueblo. Con esa base dieron comienzo varias de las tradiciones más importantes de Mesoamérica. Sin embargo, Cuicuilco, en el sur del valle de México, y la Chupícuaro, en Michoacán, serían las más importantes. La primera llegó a convertirse en la mayor ciudad de Mesoamérica y principal centro ceremonial del Valle de México; y mantenía relaciones con Chupícuaro. La declinación de Cuicuilco es paralela a la emergencia de Teotihuacan, y se consuma con la erupción del Xitle (cerca 150 d. C.), que motivó la migración de sus pobladores al norte del valle de México. La cultura Chupícuaro es conocida sobre todo por su producción alfarera, cuyas huellas se han detectado por una amplia zona ubicada entre el Bajío y la cuenca lacustre.
Hacia el final del Preclásico había comenzado la planificación de las ciudades que llegarían a ser emblemáticas de Mesoamérica, como Monte Albán y Teotihuacan.

·         Período Clásico (aprox. 200 - 900)

Este período está marcado por el apogeo teotihuacano y concluye con las migraciones nahuas y el establecimiento de centros regionales en el valle de México. Se divide en dos periodos: el Clásico Temprano y el Clásico Tardío.
Pirámide de la Luna. Teotihuacan.
El Clásico Temprano abarca los primeros 400 años del periodo, y coincide con la época de mayor apogeo de Teotihuacan. Durante este periodo se consolidó el proceso de urbanización que se observaba desde el Preclásico Tardío. De esta suerte, nacieron ciudades como Cholula, en el valle Puebla-Tlaxcala; Monte Albán en los Valles Centrales de Oaxaca, Tikal y Calakmul en el área Maya (la primera ciudad, en Guatemala y la segunda en México). Las obras hidráulicas que permitieron la alta eficiencia de la agricultura mesoamericana también estaban bien desarrolladas en esta época.
La escena histórica fue dominada por los teotihuacanos, que convirtieron a su ciudad en el centro de una amplia red de intercambios comerciales que involucraban especialmente a todos los pueblos mesoamericanos y de Oasisamérica, de los cuáles se obtenía la turquesa, uno de los artículos suntuarios más característicos de la civilización mesoamericana. Los teotihuacanos monopolizaban la distribución de la cerámica Anaranjado Delgado, una de las más finas y apreciadas de la época, producida en Puebla, y las minas de obsidiana, alabastro y otros minerales de vital importancia para la vida cotidiana de los antiguos mesoamericanos.
Relieve de Palenque. Cultura maya.
Estos productos eran intercambiados con otros pueblos por mercancía de la cuál los teotihuacanos no disponían en su área de influencia directa. Teotihuacan, además, fungía como gran intermediario entre las diferentes regiones de Mesoamérica. La importancia de las rutas comerciales controladas por los teotihuacanos está reflejada en el crecimiento de poblaciones en el área Norte de México, que durante esta época queda integrada en la civilización mesoamericana. Entre estas ciudades se cuentan Altavista y Loma de San Gabriel.
Teotihuacan era una ciudad cosmopolita y multiétnica. En ella se ha encontrado indicios de presencia oaxaqueña y de los pueblos del Golfo, que ocupaban barrios enteros de la ciudad. De igual manera, es patente la presencia teotihuacana en Monte Albán y en Tikal, corazón del área Maya que por aquel tiempo vivía su primer periodo de apogeo.
Hacia el año 600 comenzó el proceso de declinación de Teotihuacan. Este hecho marca el inicio del Clásico Tardío, caracterizado por la época del gran florecimiento de las culturas maya y zapoteca, y las modificaciones en el panorama político del Centro de México (que afectaron a Mesoamérica entera).
Los mayas habían mantenido relaciones comerciales con Teotihuacan a durante el Clásico Temprano. Algunos autores sospechaban que la presencia de rasgos culturales teotihuacanos en Tikal y otros centros importantes de la zona sugería que los mayas habrían estado sujetos al dominio directo de los teotihuacanos. Sin embargo, interpretaciones más recientes de esos materiales apuntan a que la relación entre Teotihuacan y los mayas fueron de otra índole, comercial seguramente. A la luz de este enfoque, la presencia de elementos y objetos del altiplano en Tikal (Guatemala) puede interpretarse como una estrategia de la élite maya para conferirse legitimidad a sí misma, las ciudades que dominaban en dicha época eran al norte Teotihuacan y en el sur, las ciudades rivales de Tikal y Calakmul.
Plaza de Monte Albán. Cultura zapoteca.
Con la decadencia consumada de Teotihuacan, en 750, las ciudades mayas también entraron en crisis. Se especula que una combinación de desórdenes políticos, en el contexto de un desajuste climático, puso en jaque a los gobernantes de muchas ciudades de la región. De esta manera, la cultura maya clásica encontró su fin hacia el año 800.
Sin embargo, recientes estudios realizados en Guatemala y sur de México demuestran que no hubo problemas climáticos, sino guerras internas, entre ciudades y gobernantes, lo que obligó a los pobladores a huir y establecerse en diversas regiones.
Los zapotecos fueron otro pueblo que mantuvo relaciones con Teotihuacan. Pero en este caso, las relaciones iban más allá del intercambio comercial: eran aliados. Como se dijo más arriba, en Teotihuacan fue encontrado un barrio completo de zapotecos, que tenía su correspondiente en la metrópoli oaxaqueña. Cuando se vio interrumpida la relación, por la emergencia de Estados rivales de Teotihuacan en el Centro de México, los zapotecos continuaron con su desarrollo cultural autónomo, que vio la época de mayor florecimiento entre los años 750 - 850. Sin embargo, como ocurrió en el caso de Teotihuacan y el área maya, la capital zapoteca también declinaría y sería finalmente abandonada.
Murales de Cacaxtla. Olmeca-xicalanca. Epiclásico.
Aprovechando la debilidad de las metrópolis, varias ciudades cobraron fuerza y tomaron posiciones centrales en las rutas de intercambio que sostenían la hegemonía de Teotihuacan. En este panorama, surgieron centros regionales en el Centro de México: Xochicalco, en Morelos, controlaba el comercio con el Área Maya; Cholula, en Puebla-Tlaxcala, hacía lo propio con el sureste; Teotenango, con el Occidente de México. El creciente poder de estas ciudades -y otras como Cacaxtla y Cantona- terminó por estrangular a Teotihuacan, que colapsó hacia el año 750.
Este periodo es conocido como Epiclásico, y se trata de una época de fuertes desórdenes y reacomodos políticos, y culmina con las primeras migraciones de los pueblos del Norte de México (entre los cuales venían los nahuas) motivadas por las sequías prolongadas que arruinaron las sociedades agrícolas de la región. Los mismos centros regionales que rivalizaron en esta época fueron construidos con el aporte de pueblos migrantes (por ejemplo, los olmeca-xicalancas que arribaron a Cacaxtla y Xochicalco en esa época). De esta manera, la civilización mesoamericana reforzó su carácter multiétnico.

·         Periodo Posclásico (800/900 - Conquista española)

El Posclásico es dividido por los arqueólogos en dos épocas, el Posclásico Temprano (800/900 - 1100), dominado por Tula y la cultura tolteca; y el Posclásico Tardío, tiempo del imperio mexica (1100 - 1521/1694). Siempre es conveniente aclarar que la calendarización es variable de acuerdo con la historia regional, dado que normalmente se toma como referencia lo que ocurría en el centro de México.
Atlantes de Tula. Cultura tolteca.
Se suele considerar que el Posclásico fue una época dominada por pueblos guerreros y sanguinarios que causaron la ruina de las culturas clásicas, característicamente pacíficas y entregadas a la religión. A la construcción de este arquetipo contribuyó de manera notable Román Piña Chan. Sin embargo, como señala López Austin en El pasado indígena, el belicismo también estuvo presente en los periodos anteriores, especialmente entre los mayas. Lo ocurrido durante el Posclásico sería la exacerbación del carácter guerrero de las sociedades mesoamericanas, debido en parte a la gran competencia entre Estados muy poderosos y a las migraciones.
Las migraciones marcan la pauta del Posclásico Temprano. Se trataba de pueblos norteños que habían sido empujados hacia el sur, ya por el expansionismo de otros grupos beligerantes o por el desastre ecológico que ocasionó la caída de las culturas del Norte de Mesoamérica. A estos grupos se les conoce como chichimecas, un término recogido por los cronistas de Indias de sus informantes, y que equivale a bárbaro. La descripción de estos grupos como bárbaros no es muy adecuada, en tanto que, por principio de cuentas, muchos de ellos formaban parte de la esfera de influencia de Mesoamérica, y en última instancia, no constituían una unidad étnica.
Comalcalco en Tabasco única ciudad maya construida de ladrillo cocido.
Fueron muchos los grupos que llegaron a Mesoamérica durante este periodo. Entre ellos podemos contar a los tlahuicas, que ocuparon el valle de Morelos, y otros grupos de filiación nahua que se tomaron posesión de la cuenca lacustre de México y del valle poblano tlaxcalteca. Con ellos venía un grupo, comandado por Mixcóatl, que se asentó en Culhuacán y se mezcló con la población originaria, afín a la teotihuacana. Más tarde, el hijo de Mixcóatl, Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl, partiría de Culhuacán hacia el norte, donde fundó Tula.
Los toltecas iniciaron un proceso de expansión, que los llevó a establecer relaciones con otros Estados importantes, que también buscaban el respaldo de Tula para legitimarse. Tal es el caso del efímero Estado mixteco de 8 Venado Garra de Jaguar, que tras derrotar a varios de los más importantes señoríos del siglo XI, forzó la unificación política de buena parte de la Mixteca bajo su persona. Para hacerlo, recurrió al prestigio de Tula como centro hegemónico, con el que estableció alianza. Sin embargo, 8 Venado fue asesinado y tras ello, la Mixteca entró en un proceso de desintegración. Más tarde, los mixtecos habrían de invadir el territorio tradicional de sus vecinos zapotecos, desplazándolos hacia el istmo de Tehuantepec, en el oriente.
El Castillo. Chichén Itzá. Cultura maya.
La relación entre el Estado tolteca y los reinos yucatecos ha desconcertado a los arqueólogos. El extraordinario parecido entre Tula y Chichén Itzá es el motivo de ello. Se ha sugerido que Tula colonizó la península de Yucatán; o que cuando la élite tolteca fue expulsada de la ciudad, sus vínculos con los itzáes (pueblo de filiación maya que vivía a la sazón en Campeche) les permitieron ocupar por la fuerza la ciudad de Chichén. En cualquiera de los dos casos, los recién llegados habrían decidido edificar una réplica de la antigua capital. La hipótesis contraria, sostenida por Piña Chan, convierte a Tula en una colonia y réplica de Chichén.
Sin embargo, es más plausible que el fenómeno de las ciudades gemelas separadas por cientos de kilómetros tenga una explicación similar a la ofrecida para el caso de la presencia teotihuacana en Tikal. Es muy probable que grupos migrantes, portadores de la cultura tolteca (o zuyuana, como la llaman López Austin y López Luján), se hayan instalado en Yucatán y hayan terminado por fundirse con los nativos y llegar a ocupar posiciones privilegiadas. Para legitimar su poder debieron recurrir a su antiguo vínculo con Tula, considerada la ciudad de Quetzalcóatl, y ello explicaría la presencia de ciertos rasgos típicos del Centro de México en las artes mayas de aquel tiempo.
La caída de Tula está relacionada con la misma inestabilidad política interna que había motivado su expansión. La ciudad fue semiabandonada, y muchos de sus pobladores huyeron hacia la cuenca lacustre de México, para asentarse nuevamente en al pie del Cerro de la Estrella. Al mismo tiempo, se producían nuevas migraciones, como la de los pipiles y nicaraos hacia Centroamérica, o la de los mexicas, hacia el centro de México.
Durante el periodo comprendido entre la caída tolteca (ca. 1100 d. C.) y la derrota de Azcapotzalco por Tenochtitlan (1430), hubo un vacío de poder, aprovechado por ciudades de menor envergadura que cobraron un nuevo y breve florecimiento. Entre ellas se cuenta Cholula, ciudad de añeja tradición y relacionada con el culto a Quetzalcóatl, y Culhuacán, que fue ocupada por refugiados toltecas.
A la llegada de los mexicas a la cuenca lacustre, la escena era dominada por los tepanecas de Azcapotzalco, pues Culhuacán había entrado en decadencia. Tras un periodo de constante cambios de residencia, se establecen en el islote de México, en territorio de Azcapotzalco. Sin embargo, establecieron una alianza con los culhuas, rivales de los tepanecas, a los que finalmente derrotaron en compañía de Texcoco y Tlacopan, coaligados en la Triple Alianza.
De esta manera, comenzó un periodo expansionista militar y comercial encabezado por los mexicas, que llegó a dominar casi toda Mesoamérica. El expansionismo estaba basado en la ideología religiosa de los mexicas, quienes se consideraban a sí mismos como hijos del Sol. En tanto que sus hijos, los mexicas tenían la obligación de proporcionar alimento a los dioses (sangre y corazones, que en la religión mesoamericana eran símbolos del tonalli o fuerza cósmica), por lo que emprendían guerras con la misión de capturar presos. Es por ello que permitieron la relativa independencia de Tlaxcala, de la que obtenían cautivos en las Guerras Floridas (Xochiyáotl) necesarios para el sacrificio ritual.
Además de Tlaxcala, permanecieron imbatibles Meztitlán, al norte; Teotitlán del Camino, al oriente; Yopitzinco, en la costa de Guerrero; el señorío mixteco de Tututepec y el reino zapoteca de Tehuantepec. Estos dos últimos se coaligaron y le propinaron al ejército mexica una memorable derrota en Guiengola. El tlatoani mexica, para evitar consecuencias más graves, decidió casar a su hija con el rey de los zapotecos, Cocijoeza.
Yácata de Tzintzuntzan. Cultura Purépecha.
Otro de los rivales imbatibles de los mexicas fue el Estado purépecha. Su formación comenzó alrededor del año 1450, como producto de la unión de un pueblo llegado del norte (los uacúsechas) con los pobladores nativos. Los purépechas tuvieron tres capitales sucesivas (Pátzcuaro, Ihuatzio y Tzintzuntzan), ubicadas en las inmediaciones del lago de Pátzcuaro. Con el tiempo, la supremacía la conservó Tzintzuntzan. A partir de allí tuvo lugar el expansionismo de los purépechas, que los llevó a ocupar el actual estado de Michoacán y áreas circunvecinas. En su expansión hacia el oriente, se encontraron con los mexicas, con quienes se enfrentaron en varias ocasiones, y no pudo vencer un bando al otro definitivamente.
Mientras tanto, en Yucatán, los itzáes habían sido expulsados de Chichén por los cocomes de Mayapán, con lo cual se rompió la alianza establecida entre estos reinos y Uxmal. Esta confederación es conocida con el nombre de Liga de Mayapán. Al disolverse, la península se vio envuelta en una cadena de guerras entre estados vecinos que disputaban el control político de la región. Ese fue el panorama que encontraron los españoles a su llegada a Mesoamérica en el año 1517.
GRUPOS CULTURALES Y CARACTERISTICAS
1.      HORIZONTE PRECLÁSICO
LA CULTURA OLMECA
Entre los años 800 y 200 a.C. surgió la cultura olmeca en la costa del golfo de México, que fue la más importante de la época influenciando a otros grupos ya asentados en Mesoamérica. Los principales centros olmecas en La Venta, Tres Zapotes, El Trapiche, San Lorenzo, Los Tuxtlas y La Tigra, dan testimonio de la grandeza que alcanzó esta cultura.
LOS ZAPOTECAS
Pese a que la cultura olmeca fue la que más destacó durante la época preclásica, hubo otros grupos en las regiones de Oaxaca y Yucatán, zapotecas y  mayas respectivamente, que en forma independiente lograron avances importantes para su sobrevivencia. Los zapotecas, en Monte Albán, por ejemplo, mejoraron las técnicas agrícolas mediante la construcción de canales y en el sistema de barbecho de las laderas. Para esta época también se registran construcciones hechas con piedras, como una base piramidal que se supone formaba parte del centro ceremonial. En algunas piedras se encuentran bajorrelieves con escenas de guerra y cautivos. Pero sin duda lo que más sorprende es la aparición de un calendario y un tipo de escritura en los edificios de Monte Albán; de hecho, el calendario que aparece es un antecedente del calendario maya que aparecerá en épocas posteriores.
La designación de este periodo, que comprende los primeros 800 años de nuestra era, implica un grado de organización política, social y religiosa más complejo que en etapas anteriores, como se desprende fácilmente de los restos arqueológicos de los zapotecas. De esta fase datan algunos de los complejos arquitectónicos más notables por su riqueza, así como creaciones artísticas de la mayor finura. Es evidente que tales obras se realizaron gracias a la participación de una sociedad estratificada y rígidamente controlada (sobre todo por medios religiosos) y alimentada por la labor de campesinos altamente productivos merced a las obras de irrigación que, a su vez, requirieron grandes cantidades de trabajo para su construcción y mantenimiento.
2.      HORIZONTE CLÁSICO
TEOTIHUACÁN
Aunque los primeros asentamientos humanos en el valle de Teotihuacán se ubican alrededor del 400 a.C., no es sino hasta los primeros años de nuestra era, cuando se convierte en un centro ceremonial con una población aproximada de 20,000 personas. Para el año 400 d.C. Teotihuacán se extendía sobre una superficie de 22 kilómetros dominando de hecho todo el valle de México y Puebla, manteniendo contactos comerciales con olmecas en Veracruz, zapotecas en Oaxaca y mayas de la península de Yucatán. Entre los años 400 y 650 Teotihuacán se convirtió en un gran centro religioso y comercial de Mesoamérica. Se cree que la población teotihuacana alcanzaba los 200,000 habitantes y que era una ciudad bien urbanizada, con construcciones firmes. Dada su importancia política, religiosa, cultural y comercial Teotihuacán era visitada por vecinos, convirtiéndose en una zona de intercambio.
Ubicados en una zona privilegiada en cuanto a recursos naturales, los teotihuacanos fundaron su ciudad al norte del lago de Texcoco, lo cual les brindó la oportunidad de tener una gran variedad de alimentos, sal y hasta arcilla para su cerámica. Los residuos volcánicos que se encuentran a su alrededor los dotaron de grandes depósitos de obsidiana, la cual utilizaron para la fabricación de diversas herramientas. La gran ciudad de Teotihuacán evidencia un alto grado de planificación no sólo para el centro ceremonial en sí, sino para toda el área urbana que le rodeaba. La Calzada de los Muertos, que recorre la ciudad de norte a sur, remata en la pirámide de la Luna que, junto con la del Sol y el resto del conjunto, constituye una de las obras más imponentes de la arquitectura prehispánica.
El esplendor alcanzado por los teotihuacanos durante el horizonte clásico, llegó a su fin, intempestivamente, entre los años 650 y 700. Se desconocen las causas que llevaron a sucumbir a tan importante imperio, aunque se manejan diversas hipótesis para explicar dicho derrumbe; entre ellas una gran escasez de alimentos y un cambio drástico en el medio ambiente por la excesiva tala de árboles que provocó esta disminución de alimentos; también se contempla el que las poblaciones tributarias hayan dejado de proveer al imperio. Quizá hayan sido los nómadas del norte los que provocaron su derrumbe incendiando provocando la huida de los señores y de buena parte de la población. Los toltecas heredarían a la postre algunos rasgos culturales de los teotihuacanos.
LOS MAYAS
Otra civilización impactante y esplendorosa que brilló en Mesoamérica durante el horizonte clásico fue la cultura maya. Aunque hay vestigios de asentamientos en la península de Yucatán desde épocas muy tempranas, en el preclásico se consolida un verdadero estilo maya en arte y arquitectura. En el Petén surgió la cerámica Chicanel y se empiezan a construir tumbas con techos abovedados en Tikal y Holmul, cuyos elementos evidencian la importancia de la actividad ceremonial y el estatus. Hacia el final de este horizonte se generaliza en la zona maya la  arquitectura abovedada, las inscripciones ceremoniales y la cerámica polícroma.
La cultura maya se desarrolló en el territorio que hoy comprende los países de Honduras, Belice y el norte de Guatemala, así como los estados mexicanos de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
A diferencia de las ciudades teotihuacanas, los edificios construidos por los mayas, no tenían por objeto principal albergar a la población, sino ejercitar la observación astronómica. En ellos sólo vivían los sacerdotes, gobernantes y guerreros. Los principales desarrollos mayas del horizonte clásico son Tikal, Cobá, Kabah, Uxmal, Palenque, Xpuhil, Yaxchilán, Copán y Bonampak. Ahí se puede apreciar el uso de la bóveda falsa, la cual fue un avance importantísimo para la arquitectura y un rasgo muy distintivo de la cultura maya. Casi como una constante dentro del área, encontramos amplios patios alrededor de los cuales construyeron templos, observatorios y juegos de pelota con una armonía sorprendente; además, los bajorrelieves y las decoraciones con estuco, dan a los centros mayas un atractivo impresionante aun en la actualidad. Existen, sin embargo, diferencias en el tipo de construcciones que caracterizan a cada lugar; por ejemplo, mientras que el rasgo distintivo de Tikal es la esbeltez de sus templos, sus empinadas escaleras y las cresterías que rematan sus techos, en Palenque encontramos el arte escultórico más realista y refinado de la cultura maya.
Si bien la cultura maya tiene características generales más o menos homogéneas, cada uno de los estados tuvo un desarrollo independiente con un gobierno propio ubicado en la ciudad principal. A diferencia de lo que sucedió en otras partes de Mesoamérica, los estados mayas del clásico parecen haber tenido relaciones menos cordiales entre sí. Las estelas, los murales de Bonampak, las inscripciones (por ejemplo en Yaxchilán, Piedras Negras y otros sitios) dan cuenta de dinastías de señores guerreros que se arrojaban sobre los señoríos vecinos para incorporarlos a su dominio, o que procuraban evitar sufrir la misma suerte mediante alianzas matrimoniales.
Los mayas tenían un dios supremo, a quien no representaban y al que llamaban Hunab-Ku. Además rendían culto a otras deidades, semejantes a las de toda el área mesoamericana, propias de los pueblos agrícolas. Las principales eran el dios de la tierra, el del sol (Kinich Ahau), el de la lluvia (Chaac), el del maíz (Yum Kax), el del cielo (Tzamná), el de la muerte (Ah Puch) y el del viento (Kukulkán). Como todo pueblo religioso, los mayas practicaban una serie de ritos (individuales o colectivos) que formaban parte de la cotidianidad de la población, y que se practicaban en los lugares contiguos a los templos. Lo mismo que en otras áreas de Mesoamérica, los mayas practicaron los sacrificios y autosacrificios, y veneraban a sus dioses mediante oraciones y ofrendas.
En cada uno de los estados mayas, había un gobernante u “hombre-dios”, que era conocido como halach-uinic y que habitaba en la ciudad más importante del estado. El halach-uinic legaba el poder a sus descendientes y se piensa que en sus orígenes debió haber sido un sacerdote. Para auxiliar a este gobernante en cada una de las ciudades existía un batab, que se encargaba de mantener el orden y de seguir las instrucciones dadas por el hombre-dios supremo de todo el estado. Abajo de estos dos jerarcas había toda una burocracia, con una jerarquía privilegiada, que manejaba los diferentes rubros de la administración.
Además de sus avanzados conocimientos astronómicos, que los llevaron a conocer el ciclo lunar y solar, los mayas perfeccionaron los conocimientos olmecas de las matemáticas y el calendario, y gracias a esto tuvieron un conocimiento muy preciso sobre las estaciones, los eclipses y los días del año. Su sistema de cálculo largo, en el que se procedía multiplicando por 20, los acercó al concepto de infinito. Todos sus conocimientos los aplicaron en su vida diaria mejorando con esto las cosechas y aprovechando al máximo los recursos naturales. Se cree que los mayas crearon redes de canales que les permitían optimizar el uso de sus recursos hidráulicos mejorando en consecuencia los cultivos (maíz, frijol, calabaza, chile, tomate, cacao, chayote, tubérculos, henequén y tabaco). El uso del henequén les permitió hacer diversas prendas como sacos, bolsas, canastos e incluso suelas de sandalias. Los troncos de los árboles los aprovechaban para construir casas, herramientas y papel.
Se ignoran las causas por lo que se derrumbó del imperio maya, al igual que sucedió en Teotihuacán. Existen diversas hipótesis que pretenden explicar la razón por la que las ciudades fueron abandonadas hacia el siglo IX, dirigiéndose sus pobladores tal vez a las tierras altas de Chiapas y Guatemala o a las bajas de Yucatán. Una crisis política, un descenso brusco en la producción de alimentos o quizás invasiones bélicas de extranjeros pudieron incidir en la desaparición del imperio maya.
3.      HORIZONTE POSCLÁSICO
LOS TOLTECAS
Uno de los grupos chichimecas que a la postre alcanzaría un gran desarrollo fue el de los toltecas. Un personaje legendario, Ce Acatl Topiltzin, los condujo a Tula, en donde tuvieron un alto desarrollo hacia el siglo X. Pese a que nunca llegó a tener el poder y la fama que en su momento tuvo Teotihuacán, Tula se convirtió en un centro hegemónico para toda el área del altiplano central en donde impuso el culto a Quetzalcóatl. Como pueblo guerrero que era, sometió por la fuerza a todas las ciudades cercanas, quienes debían rendir tributo a los toltecas. Se cree, que en un momento dado, los pueblos dejaron de pagar el tributo, causando la ruina de Tula.
LEYENDA DE QUETZALCÓATL
Uno de los grupos chichimecas que a la postre alcanzaría un gran desarrollo fue el de los toltecas. Un personaje legendario, Ce Acatl Topiltzin, los condujo a Tula, en donde tuvieron un alto desarrollo hacia el siglo X. Pese a que nunca llegó a tener el poder y la fama que en su momento tuvo Teotihuacán, Tula se convirtió en un centro hegemónico para toda el área del altiplano central en donde impuso el culto a Quetzalcóatl. Como pueblo guerrero que era, sometió por la fuerza a todas las ciudades cercanas, quienes debían rendir tributo a los toltecas. Se cree, que en un momento dado, los pueblos dejaron de pagar el tributo, causando la ruina de Tula.
EXPANSIÓN DEL DOMINIO TENOCHCA
La hegemonía de Tenochtitlán sobre el área central de Mesoamérica, se fue extendiendo a la par que las diferencias entre los pillis (nobles) y los macehuales (pueblo) se profundizaban. Hacia el año de 1450 el entonces gobernante Moctecuhzoma Ilhuicamina, llevó el dominio mexica hasta las costas del Golfo; sin embargo, una terrible hambruna azotó a la población del valle de México, hecho que se interpretó como un signo del enfado de los dioses. Se impusieron entonces sacrificios humanos que se debían llevar a cabo una vez al mes, para lo cual, era necesario tener siempre prisioneros que sacrificar.
 
TENOCHTITLÁN
FUNDACIÓN DE TENOCHTITLÁN
Cuenta la leyenda que los mexicas salieron de un lugar ubicado en el norte de Mesoamérica, llamado Aztlán, para iniciar un largo peregrinar (de casi 200 años) que los conduciría finalmente a un islote en el centro del lago de Texcoco: ahí encontraron un águila devorando a una serpiente. Este suceso, ocurrido cerca del 1325, fue considerado como una señal de que ahí deberían establecerse. Lo llamaron México-Tenochtitlán. Los mexicas tenían un nivel de desarrollo aceptable, por lo que aplicaron sus conocimientos para construir una gran ciudad. Se cree que hacia estos años se fundó Tlaltelolco.
SUPREMACÍA DE TENOCHTITLÁN
A Moctezuma Ilhuicamina le sucedieron Axayácatl y sus hermanos Tizoc y Ahuízotl.  Ellos lograron  consumar la supremacía de México-Tenochtitlán sobre toda la parte central del país. Las guerras de sometimiento les permitieron obtener un gran número de prisioneros, que fueron sacrificados en 1487 durante la dedicación del Templo Mayor. Tenochtitlán se convirtió en una gran ciudad y en un gran imperio que recibía tributo de todos los pueblos sometidos. Con un amplio poder  en el Valle de México, Veracruz, Puebla, Hidalgo, Morelos y parte de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, gobernó finalmente Moctezuma II, Xocoyotzin, quien se convertiría en un verdadero tirano. A él le tocaría enfrentar la llegada de los españoles y morir prisionero en 1520.
LA GRAN TENOCHTITLÁN
Existen diversos relatos de cómo era la ciudad de Tenochtitlán. El centro de la ciudad estaba ocupado por los edificios de gobierno y de culto. El Templo Mayor era imponente y en su gran rectángulo albergaba más de 70 edificios. El más grande era la pirámide de sus principales dioses: Huitzilopochtli, de la guerra, y Tláloc, de la lluvia. El santuario estaba rodeado por habitaciones sacerdotales, escuelas para nobles, juegos de pelota, palacios del tlatoani, casa de las fieras, depósito de tributos y mercado. Más allá del centro, estaban los calpullis, con habitaciones, cultivos, templos y edificios del gobierno civil, intercomunicados por canales y puentes. A su vez, la ciudad se comunicaba con tierra firme por medio de cuatro calzadas: Tepeyac, Tacuba, Iztapalapa y Coyoacán. Dos acueductos proveían de agua potable a la metrópoli.
Grupos indígenas en México en la actualidad
Pueblos indígenas de México
Grupo
Nombre nativo
Población étnica[23]
Territorio étnico
Náhuatl
2.445.969
Centro de México
Maya
1.475.575
Binizáa
777,253
Ñuu sávi
726.601
Hñähñü
646.875
Centro de México
Tachihuiin
411.266
Batsil winik
406.962
Winik atel
384.074
Jñatio
326.660
Ha shuta enima
305.836
Región de Tuxtepec (Oaxaca)
Téenek
226.447
Winik
220.978
P'urhépecha
202.884
Tsa jujmí
201.201
Región de Tuxtepec
Ayüük
168.935
Me'phaa
140.254
Montaña Guerrerense
Rarámuri
121.835
Yoreme
91.261
Valles del Mayo y del Fuerte
O'de püt
86.589
Yokot
79.438
Chontalpa (Tabasco)
Tuncápxe
62.306
Cha'cña
60.003
Costa de Oaxaca
Tzañcue
57.666
Montaña Guerrerense
Tojolwinik
54.505
Wixárika
43.929
O'dami
37.548
Guii xihanjhan
29.018
Noroeste oaxaqueño
[Ngigua]
26.249
Nayeeri
24.390
Qyool51
23.812
Yoeme
23.411
Nduudu yu
22.984
Ikööds
20.528
Hamasipini
16.051
K'anjobal
12.974
Slijuala sihanuk
12.663
Xigüe
12.572
Ézar
3.169
Botuná
3.005
Makurawe
2.844
Chuj
2.719
Runixa ngiigua
2.592
2.379
Pijejak
1.759
Tohono o'odham
1.540
Abxubal
1.478
K'ekchí
987
Hach t'an
896
816
Ixcatlan Oaxaca
Comcaac
716
Costa sonorense
Qatok
692
Q'iché
524
K'akchikel
675
Akwa'ala
418
Playas De Rosarito
Tohono o'odam
363
Es péi
344
Ti'pai
328
Kikapooa
251
Laymón, mti'pá
226
Ixil
224
Ko'lew
107
59
Otros pueblos1
728
No especificado
202.597
1 Incluye ópata, solteco y papabuco

LJ_HUERTA

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